La epopeya de los Torino

Acá podrás conocer en detalle la historia deportiva del Torino en todas las especialidades donde participó. También encontrarás notas de interés acerca del mismo, sus pilotos, y preparadores.
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La epopeya de los Torino

Mensaje por alejandromp71 » 20 Ago 2019, 08:40

La epopeya de los Torino
Cuando el automovilismo tuvo su Selección Nacional: a 50 años de las 84 Horas de Nürburgring
Este martes se cumple medio siglo de la largada de la mítica carrera de la Misión Argentina, organizada por Juan Manuel Fangio, que asombró al mundo.
https://www.clarin.com/deportes/automov ... rkT0o.html

No hay límites. Cuando los proyectos son serios, ejecutados con responsabilidad, no hay límites. Pero además la pasión es la que contagia. La que invita al resto a sentirse partícipe. A sentirse orgulloso. A meterse en el corazón ante los desafíos que poco tiempo atrás eran inimaginables.

En una actividad individualista como el automovilismo, para las 84 Horas de Nürburgring fue la primera vez que se formó un verdadero seleccionado nacional para competir en el mundo. Con pilotos, mecánicos y hasta un auto de construcción argentina para pelearle a los más poderosos.
Los dos máximos referentes de la historia del automovilismo nacional se unieron para cristalizar un viejo anhelo de ambos: representar a la Argentina en una prueba mítica. Y allí coincidieron el más grande piloto del país, Juan Manuel Fangio, con el preparador más prestigioso, Oreste Berta. Y ambos desafiaron a la “Marathon de la Route”, en el tradicional circuito alemán de Nürburgring.

Aquel sueño se concretó bajo el popular título de la “Misión Argentina”, motorizados por un modelo fabricado en Córdoba con sello nacional: el Torino.

Todo un país vibró con aquellas 84 Horas de Nürburgring. La radio y los diarios reflejaban el desarrollo de una competencia que unió a todos. En las escuelas, las oficinas y las fábricas, todos empujaban a esos tres Torino que lucían orgullosamente la bandera nacional en la trompa y, como único cartel en el baúl, “Industria Argentina”.

“Con Juan Manuel Fangio siempre intentamos interesar a IKA Renault para correr con Torino en las 84 Horas de Nürburgring”, recuerda el gran Berta, a sus 80 años, en “La Fortaleza”, el lugar donde desarrolló su prestigiosa carrera técnica, que lo llevó a ocupar uno de los sitios más privilegiados en el mundo de la ingeniería, siendo condecorado con los títulos Doctor Honoris Causa en las universidades nacionales de San Juan y de Córdoba, y ahora también por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Ante el desinterés de la compañía por aquellos años, finalmente se encontraron con Carlos Lobbosco, quien apenas un año antes había comenzado sus funciones como responsable de relaciones de competición de la marca, para sentir que el proyecto tenía tracción. Y todos se entusiasmaron.

De a poco, comenzaron a unificar esfuerzos. El nombre de Fangio abría todas las puertas, tanto en el país como en el exterior. Y las empresas comenzaron a sumarse al proyecto.

“Llegó un momento en que tantas compañías se entusiasmaron y Renault no pudo decir que no”, destacó Berta. Y allí finalmente aparecieron los Torino. El modelo 380W fue el elegido para representar al equipo argentino. Pero ese automóvil también representaba a la industria nacional. De hecho, otras automotrices se hicieron eco de la misión.

“Por primera vez, un equipo de autos, pilotos y mecánicos competirá con las marcas más famosas en el circuito alemán de Nürburgring. Nuestra actitud no puede ser otra que la de la modestia. Vamos a demostrar que sabemos hacer las cosas. Este operativo no es improvisado. Hace más de dos años que se estudia”, ratificó entonces Fangio.
Berta trabajó en los vehículos. Había que mermar los 1.400 kilos, pesados por su estructura y su porte en una exigencia tan ardua para los frenos, fundamentalmente, y para los neumáticos. De hecho en la previa algún despiste (y vuelco), protagonizado por el propio Oreste, que también oficiaba de probador de los autos, alertaba de la complejidad del desafío.

“Para mí fue muy difícil manejar y ponerme de acuerdo con 10 pilotos, con los mecánicos, ser el probador de los autos... De la mañana hasta el atardecer. No digo a la noche, porque me negaba a manejar de noche. Yo hice la lista de 15 pilotos para luego definir al plantel. Entre ellos puse a Cacho Fangio, ya que Juan Manuel no quería ubicarlo porque decía que no correspondía poner a alguien con su apellido”, explicó Berta.

Si bien los pilotos argentinos reconocían el intrincado y extenso circuito de 22 kilómetros de extensión con un Renault 16, Fangio contaba con un Mercedes 300 para detallar los secretos de aquel trazado en el que protagonizó, para muchos, la mejor carrera de la historia, cuando conquistó por quinta vez el título de Fórmula 1, en 1957.
El “Infierno Verde”, siempre tan temido por su peligrosidad, recibió a los tres Torino 380W. En el coche N° 1 se alternaban Carmelo Galbato, Rubén Luis Di Palma y Oscar “Cacho” Fangio. En el N° 2, Gastón Perkins, Eduardo Rodríguez Canedo y Jorge Cupeiro. Y en el N° 3, Eduardo Copello, Alberto “Larry” Rodríguez Larreta y Oscar Franco. El suplente era “El nene” Néstor García Veiga.

A la 1 de la madrugada del miércoles 20 de agosto de 1969, comenzó el maratón automovilístico. Allí, entre los 64 vehículos, se mezclaban Mercedes-Benz, Lancia, Ford, Porsche, BMW, Mazda, Datsun…

Galbato, “Larry” y Cupeiro pusieron en marcha la ilusión. Poco tiempo después, para asombro de todos, el Torino N° 3 se puso al frente en la clasificación general, cuando una tormenta azotó la región y la lluvia, copiosa, fue protagonista de la prueba.
“Los Torino de Fangio” eran noticia. Dominaron la carrera en esa primera jornada, frente a los vehículos que si bien no tenían representación oficial, contaban con el apoyo de las respectivas marcas.

El mismo Quíntuple estaba más que involucrado en la carrera. A tal punto que la mayor anécdota fue cuando Perkins se detuvo frente a los pits (para no penalizar en los boxes) a cambiar el filtro de nafta. Como no podía recibir indicaciones, Fangio se puso a cantar allí cerca y con la melodía de "La Cumparsita" le daba pistas para efectuar esa modificación de manera precisa.

En la vuelta 41, llegó la primera mala noticia. El Torino con Cupeiro se despistó y quedó a la vera del camino. Uno menos. En la segunda jornada fue el turno del N° 1, cuando Di Palma, sin luces, se despistó y rompió el cárter.
El único Torino en la pista continuó asombrando al mundo. Giraba adelante aquel coche que venía desde tan lejos. Pero a la hora 53, la dirección de la prueba les pidió a Fangio y a Berta que se arreglara el auto argentino, ya que tenía el caño de escape roto y el ruido era estruendoso. El reglamento establecía que cada vehículo no podía superar los 83 decibeles. Y varios equipos ya habían elevado la protesta.

Cada detención en boxes para reparaciones, se penalizaba con vueltas en contra. Y pese a que el equipo cambió el elemento en apenas 9m30, el Torino perdió la posibilidad de llevarse la victoria al descontársele 10 vueltas.

Finalmente alcanzó el cuarto lugar en la clasificación general, el triunfo en su categoría (más de 3 litros) y fue el auto que más vueltas dio al circuito de Nürburgring, con 334. Ganó un Lancia tracción delantera, de 1.584cc, tripulado por Kallstrom, Barbasio y Fall, seguidos por un BMW y un Triumph. Allí aparecía el Torino.
Fue una verdadera Selección. Un equipo que representó a la Argentina. Y que no tuvo celos. Ni de los pilotos, que jamás abandonaron el box durante las 84 horas (“Los egos se diluían bajo la figura del gran Fangio”, recuerda Lobbosco) ni de la prensa (los relatores radiales se turnaron en una transmisión única) ni de la industria nacional automotriz.

El automovilismo deportivo le dio el empuje necesario a Torino para que lograra el éxito comercial. Hasta que no se destacó, primero en el Turismo Carretera, y luego con la Misión Argentina en Nürburgring, la comercialización no acompañaba. Después del éxito en Alemania, las ventas se cuadruplicaron.
Los dos grandes referentes del automovilismo nacional, Ford y Chevrolet, se sumaron para felicitar a la Misión: "¡Bravo Torino! ¿Se debe felicitar a un competidor? Sí. Cuando con su esfuerzo ha contribuido a proyectar una excelente imagen del potencial del país. ¡Bravo, Misión Argentina!" , fue el aviso que publicaron Ford Motor Argentina y su red de concesionarios.

En tanto, General Motors Argentina y la red de concesionarios Chevrolet destacaron: "Al gran equipo argentino... ¡gracias! Hace 15 años, pocos creían que se pudieran hacer coches en este país. Hace 15 días, pocos creían que estos coches pudieran puntear en la cuna del automovilismo. Hoy, Nürburgring nos prueba, una vez más, que en este país hay que creer. Por eso, gracias de veras a los Torinos, a Juan Manuel Fangio y a sus pilotos".

Hoy, medio siglo después, se recuerda a la Misión Argentina como la mayor empresa automovilística nacional en el exterior. Con seriedad, respeto y bajo las figuras del gran Juan Manuel Fangio y el talento del genio de Oreste Berta, pusieron sobre los Torino la pasión en el ámbito deportivo y el orgullo de la industria nacional.

El plantel

Bajo la dirección general de Juan Manuel Fangio, “La Misión Argentina” fue integrada por: Carlos Lobbosco (coordinador general), Oreste Berta (jefe técnico), Tibor Teleki (asesor de Relaciones Públicas), doctor Lino de las Heras (médico) y Rodolfo Ruatta (coordinación administrativa).
Los pilotos

Eduardo Copello, Jorge Cupeiro, Rubén Luis Di Palma, Oscar “Cacho” Fangio, Carmelo Galbato, Néstor García Veiga, Gastón Perkins, Oscar Franco, Eduardo Rodríguez Canedo y Alberto “Larry” Rodríguez Larreta.
Los mecánicos

Ángel Andreu, Adolfo Batelli, Arturo Casarín, Enzo Comari, Roberto Cordero, José Diez, Fernando Huerta, Pablo Macagno, Alberto San Feliú, Raúl Zagaglia, Juan Carlos Zurita y Cielmino Giacone.
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Re: La epopeya de los Torino

Mensaje por alejandromp71 » 20 Ago 2019, 09:17

La aventura de los Torinos en Nürburgring
https://tn.com.ar/opinion/la-aventura-d ... ing_987103
Se cumplen 50 años de la hazaña de los Toros. En el imaginario colectivo, el circuito alemán quedó como aquel lugar en el que un auto argentino puso de rodillas a todos los grandes del planeta.

Me veo muy jovencito, pegado a la radio, escuchando a los vociferantes relatores argentinos que trasmitían la histórica carrera de los tres Torinos en el endemoniado autódromo alemán de Nürburgring. Fueron, recuerdo, tres días y medio de carrera, y los autos argentinos empezaron mandando entre un lote de 68 autos de las más afamadas marcas europeas y la Ford, y se mantuvieron en la punta durante más de 50 horas.

Lo que al principio fue una aventura, en la medida que pasaban las horas –eran 84, una brutal carrera de resistencia que se llamaba “La Maratón de la ruta”--se fue transformando en una epopeya. Había mística en esa delegación. El director del proyecto era el Quíntuple, Juan Manuel Fangio. El director técnico operativo era un joven brillante, audaz e irreverente que se llamaba Oreste Berta y que lograba exprimir a sus autos de carrera hasta la última gota de rendimiento. Se había transformado, con solo 30 años, en el “niño terrible” de los preparadores argentinos.

Él mismo eligió a una docena de los mejores mecánicos de competición que había en el país. Había tres autos que eran una pinturita. Se llamaban Torino y apenas debutaron en el turismo de carretera -en la Vuelta de San Pedro, en 1967- ganaron la carrera. Cada auto llevaba tres pilotos para turnarse en el manejo porque la carrera era extenuante. Los pilotos estaban entre los mejores que había en la Argentina en ese momento.Había un nutrido grupo de periodistas –los mejores- que acompañaron a la delegación y que, como los pilotos, se turnaban en la trasmisión de la carrera. La competencia se largó el miércoles 23 de agosto de 1969 a medianoche y la bandera cayó sobre el ganador el sábado siguiente, a las 13 horas. El autódromo es tema aparte: Nürburgring. El circuito estaba enclavado en pleno bosque, en la llamada Selva Negra. Tenía una extensión de 23 kilómetros y 198 curvas. Como es obvio, se corría de día y de noche y la mayor parte de la carrera bajo una lluvia torrencial.En Nurburgring, Juan Manuel Fangio había hecho su mejor carrera, en 1957, cuando ganó el Gran Premio de Alemania manejando como un poseído debido a un prematuro retraso y demostrando que no solo era un piloto cerebral sino extremadamente veloz y temerario cuando las circunstancias lo ameritaban. Ese Gran Premio le dio su quinto y último título mundial de Formula Uno.

Pero aún así, el que más recorrió el circuito alemán fue Oreste Berta, que llegó a ser más veloz que sus pilotos, razón por la cual, Fangio le ofreció manejar uno de los Torinos. Berta rechazó la oferta: su trabajo era darles autos veloces a sus pilotos. A esta “aventura organizada”, como me la definió Carlos Lobosco, el gerente de competición de Ika Renault que proveyó los autos para la carrera, se la llamó “Misión Argentina”.

Era un sueño de Fangio: ver un auto argentino ganando en Europa. Y faltó poco para que eso sucediera. El Torino había sido encargado por el señor Kaiser (de ahí proviene Industrias Kaiser Argentina) para ofrecer al mercado un auto deportivo de alta gama. Estaba basado en el molde de un auto americano de la American Motors que fue rediseñado por el gran carrocero italiano Pininfarina.Al motor Tornado, se le adosaron -en su versión cupe, el Torino 380 W- tres carburadores, lo cual lo transformaba en una rareza: era difícil encontrar en el mundo un auto de calle “armado” con tanto picante. Eso estaba reservado para los deportivos netos, como Ferrari, Porsche, Aston Martin... Agreguemos que se hizo en Córdoba, en la fábrica de Santa Isabel.

Cuando el sueño de mandar los Torinos a probarse a Europa estaba en marcha, la fábrica fue vendida a los franceses de Renault, que no quisieron arriesgar de movida su prestigio internacional en un auto que no conocían y que iba a competir contra los mejores del mundo. Ahi apareció la mano de Lobosco, el gerente de la empresa que, con el visto bueno de Fangio, fue buscando apoyos dentro del país. El talismán fue que se trataba de “Una Misión Argentina”: autos, pilotos, empresas, mecánicos, todos argentinos, con Fangio a la cabeza.Y las empresas empezaron a responder para participar de la patriada, aun cuando no iban a poner su nombre en la carrocería de los autos. Solo llevaría los colores argentinos y el nombre que se daba para manejarse en Europa sin caer en el ninguneo sería “los Torinos de Fangio”. Y cuando Lobosco consiguió toda la ayuda, Renault no podía quedarse atrás... y puso los cuatro autos. Así, nació el sueño que empezó a materializarse después de muchas peripecias.

En la carrera en sí, dos Torinos quedaron fuera de competencia tras sendos accidentes. Pero el número 3, con Larry, Copello y Oscar Mauricio Franco como pilotos, punteaba con cuatro vueltas de ventaja sobre el segundo. ¿Y cómo terminó cuarto en lugar de ganar la carrera? Por cuestiones reglamentarias. De repente, se le soltó el caño de escape y el auto empezó a hacer un ruido infernal. Como se trataba de una carrera reservada a autos de calle, el nivel de ruidos no debía sobrepasar los 90 decibeles.Fangio y Berta, apelando a la picardía criolla, iban demorando la orden de los comisarios deportivos que le indicaban a los argentinos que debían hacer parar el auto y arreglar el escape antes de seguir. Lo que pasa es que en cada parada en los boxes, por cada minuto de arreglo, al auto se le descontaba una vuelta. Berta y un mecánico demoraron -quemándose las manoa- 19 minutos para arreglarlo. Un trabajo que demoraría no menos de una hora en un taller.

De ese modo, el Torino llegó cuarto, a seis vueltas del ganador, un Lacia Fulvia italiano. A partir de allí, se produjo un extraño fenómeno de adhesión popular hacia los protagonistas y los autos, que cuadruplicaron sus ventas en los siguientes meses. Y en el imaginario colectivo, siempre Nürburgring quedó como aquel lugar en el que un auto argentino puso de rodillas a todos los grandes del planeta.

Y yo recuerdo todo eso como si fuera hoy. La carrera la tengo en la cabeza, gracias a la magia de la radio.

ver video!
https://api.vodgc.net/player/v2/embed/p ... ort_onecue
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Re: La epopeya de los Torino

Mensaje por Christian 380W » 23 Ago 2019, 07:19

TORINO: Hijo de nadie, Padre de muchos. (Carlos Lobbosco)
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Re: La epopeya de los Torino

Mensaje por Christian 380W » 23 Ago 2019, 07:19

TORINO: Hijo de nadie, Padre de muchos. (Carlos Lobbosco)
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